A las puertas de que la Selección de Vietnam se enfrente al gran reto de poder estar en un Mundial, charlamos con su seleccionador, el español Miguel Rodrigo, toda una institución en el fútbol sala Mundial que ha llegado a conseguir grandes hitos desde el banquillo. Con él repasamos lo que hay en el horizonte, echamos la vista atrás y descubrimos un entrenador al que le gusta más el camino que el fin, un fin que no sabemos dónde le llevará, en el futuro más inmediato, clasificar a Vietnam para el Mundial.

¿Cómo estás viviendo la aventura en Vietnam?

La aventura en Vietnam la estoy viviendo bien, es muy intensa porque el listón se quedó muy alto. El trabajo de Bruno que supuso colarse en unas semifinales de la AFC y colarse en el Mundial es un estímulo lo suficientemente fuerte como para que desde el inicio sepas que estás aceptando un reto que es casi imposible de volver a repetir.

En cuanto al país está muy evolucionado pero a nivel deportivo el reto es muy grande, no solo llevamos la Selección, en los meses de Junio, Julio y Agosto nos prestan al Thai Son Nam, el equipo campeón, y a nivel de club el logro está superado y me siento muy orgulloso. En mi primer año conseguimos un bronce y el año pasado jugamos la primera final en Indonesia en un Campeonato de Asia de Clubes. El 95% del Thai Son Nam es la Selección, así que podría ser equiparable el logro al equipo nacional. Tenemos la esperanza de conseguir los grandes retos con la selección este año y el próximo y poder repetir el éxito de Bruno.

Estoy muy motivado y sabiendo que tengo que dar lo mejor de mí para poder mejorar lo anterior. Llegar a la final de la Copa de Asia de Clubes y disputarla hasta el final a un equipo iraní, así que me ha dado la energía suficiente y la creencia de que puedo, con la selección, estar en un Mundial.

 

¿Qué retos tenéis por delante?

En octubre tenemos el Campeonato AFF, el clasificatorio para el Campeonato de Asia (AFC) que se disputa a finales de febrero y principios de marzo. En el sorteo se marca mucho la suerte en el clasificatorio y desgraciadamente en los dos grupos del sureste asiático, hemos caído en un grupo muy fuerte con Malasia, Australia e Indonesia. De los cuatro pasan dos y en el otro grupo están todos los débiles y Tailandia de forma que pasará Tailandia y un débil. En las semifinales hay tres plazas con lo que habrá que lucharla.

El mejor fútbol sala está en el sureste asiático con lo que habrá que dar lo mejor de cada uno para poder entrar en el Campeonato de Asia.

Si lo logramos, en el Campeonato de Asia, que se va a celebrar en Turkmenistán, hay cinco plazas para el Mundial, con lo que esperaremos un sorteo favorable en la que habrá que llegar a semifinales o en la liga de los peores de los cuartos de final, conseguir la plaza.

 

¿Cómo está evolucionando el fútbol sala en Vietnam?

Como nivel de jugadores está evolucionando muy rápido, el trabajo de Sergio Gargelli y de Bruno García ha sido importantísimo, han colocado a Vietnam en la órbita asiática y mundial. Conseguir el Bronce y la Plata ha disparado definitivamente y tienen todos un gran respeto al futbol sala vietnamita.

Organizatívamente sigue siendo muy precario ya que no hay liga de fútbol sala, los clubes todavía no pueden soportar una competición de seis, siete, ocho meses… y es el mayor hándicap que me encuentro ya que el 90% del tiempo los jugadores entrenan con sus clubes.

Hay cuatro torneos anuales con una duración de tres semanas (dos de ellos) y hay una Copa de 5-6 días y otra Copa con una fase previa más larga.

 

Con tu larga trayectoria en Asia, ¿qué es lo que más te ha sorprendido?

Quizá la facilidad que han tenido para aprender, la velocidad con la que han aprendido, la adaptabilidad que han tenido a los métodos españoles, a la forma de entrenar española.

Los entrenadores españoles también hemos tenido una gran capacidad de adaptación a la cultura asiática, nos han respetado porque nos han visto mimetizados a su cultura, su gastronomía, su forma de vida…

A nivel de vida diaria te sorprende absolutamente todo, venir como yo venía del mundo japonés, que ya me sorprendido porque no me esperaba encontrarme un mundo como ese donde todo está organizado, pensado, limpio, se respeta todo… venir al sureste asiático es todo lo contrario porque es una aparente desorganización y es más caótico. Incluso entre Tailandia y Vietnam hay un cambio enorme, trasladarte a Vietnam es como trasladarte a la posguerra española, a los años 50/60 a nivel de cómo viven día a día.

 

¿En el horizonte cercano de Miguel Rodrigo que se ve?

Lo que veo es el gran desafío de colar a Vietnam de nuevo en un Mundial, no sé si me quedaré más o menos tiempo, pero me gusta dejar una huella muy fuerte en el futbol sala que voy pisando. En Japón lo conseguí no solo en los logros deportivos, sino en mi vida en paralelo respecto a los programas de televisión, sigo yendo para allá dos veces al año.

En Tailandia creo que fue muy honda, cada vez que voy allí noto el cariño de los aficionados, el casi llegar a los cuartos de final del Mundial de Colombia, ganar la AFF, quedar tercero con la Sub 20…

Me gusta porque abre el mercado a los técnicos españoles, no solo desde el punto de vista personal, creo que abre el horizonte.

No veo más allá, es muy complicado en el deporte elevar la vista un poco más, aunque es cierto que me gusta pasar el máximo tiempo posible en los países aunque todo depende de los resultados deportivos. Sé que todas las probabilidades están en mi contra pero voy a tratar de logarlo.

 

¿Volverías a España?

Sí, decididamente sí. Son 11 años fuera y es verdad que hay muchas veces que me siento o charlo con amigos y antes no me ocurría pensar en volver a España, pero ahora sí.

No creo tarde mucho, pero obviamente tienen que acordarse de uno y que le llamen. Obviamente nadie puede llamar a la puerta, pero es cierto que yo nunca me puse en el mercado, estoy desarrollando un proyecto personal muy ambicioso, un proyecto deportivo muy ambicioso, noto que me quieren mucho.

Siento la necesidad de volver a casa, me he perdido muchos bautizos, comuniones, bodas, separaciones, alegrías, ir a de tapas, a la playa… y siento que quiero recuperarlo. Espero y deseo poder volver a estar en la Liga Nacional de Fútbol Sala.

 

¿Qué te queda con conseguir?

No soy un entrenador al uso. Soy entrenador por accidente, no soy la persona que dejó de jugar y rápidamente vio el camino de ser entrenador. No soy la persona que siempre quiso ser entrenador, si algo quise ser fue jugador profesional, pero era muy frágil a nivel de lesiones y me vino el entrenar de forma accidental, por una amistad personal que a su vez conoce a uno… Viene el campeonato no oficial de Europa, conozco a Javier Lozano y el cambia mi vida.

Eso quiere decir que tampoco soy un entrenador que viva para los títulos, creo que en mi caso personal donde he ido le he puesto cariño a mi trabajo, el cariño que han notado los jugadores, el querer vivir algo juntos como es el pitido final y sentirte campeón, eso es algo que he querido sentir.

Ser campeón puedes ser campeón en tu barrio en tu provincia, en tu autonomía, en Asia, o en el Mundo, es irrepetible vayas donde vayas.

Yo lo he vivido y sé lo que se siente, no tengo grandes retos. No podría decir, me gustaría jugar un Mundial y ganarlo, si que me gustaría y máxime con mi país, me gustaría ganar alguna Liga de la LNFS, no me obsesiona pero si me gustaría, una Copa de España… una Copa del Rey… Son los logros que un entrenador busca pero tiene que ser una consecuencia, no lo antepongo al proceso o elegir el proyecto donde puedo ir incluso no ganando.

 

¿Cómo ves la evolución del fútbol sala mundial y en España desde tan lejos?

Mundialmente lo veo todo más paritario, el conocimiento se ha extendido por el mundo, los entrenadores han mejorado de forma exponencial su conocimiento, los cursos, los clínics… que muchos entrenadores portugueses, españoles, brasileños, italianos… estemos por el mundo, que las Federaciones se hayan tomado en serio este deporte, que en Asia haya dos y tres niveles de entrenadores… todo es más igualitario. ¿Qué quiere decir? Que ahora un Mundial lo ha ganado Argentina que era impensable antes, pero lo puede ganar Irán, que Portugal gane una Eurocopa… al final ya no es una cuestión de España y Brasil.

Veo que las ligas están evolucionando que son profesionales, ahora surge una liga en Malasia y en Indonesia donde empiezan a ir jugadores extranjeros, otros países que siguen negando el futbol sala como Corea o Australia, veo que a nivel europeo, Francia se va incorporando con sus peculiaridades, que los ingleses se van incorporando…

A este bebé que quedan unos 15/20 años para que siga creciendo pero me gusta lo que veo, soy instructor FIFA por el mundo y voy viendo la pasión de mucha gente que quiere hacer crecer este deporte. Es un logro  de toda la gente que está haciendo que todo esto crezca.

En España, más de lo mismo, ya es un producto, un producto que gusta y que se vende, pude estar en Madrid viendo la Copa de España y ver el pabellón lleno como lo vi y luego en Valencia… y ver los Play Off estamos en un buen camino, se está trabajando muy bien en la Liga y al final esto significa que se entiende el fútbol sala como un show, como un deporte bonito y es un llamamiento a todos los entrenadores, que no lo estropeemos que demos rienda al talento de los jugadores. Los entrenadores somos meros extractores de talento y tenemos que ponerlo en la pista, es la única forma de que la gente se aficione al fútbol sala, las reglas son secundarias creo que todo depende de nosotros.