Pese a su juventud, Irene y Laura Córdoba son presente y futuro del Fútbol Sala femenino nacional. Dos jugadoras diferentes pero complementarias que ya saben lo que es levantar el título de Campeonas de Europa hasta en dos ocasiones.

Primera pregunta obligada, ¿Qué se siente al proclamarse Campeona de Europa?

Irene y Laura: Se siente mucha emoción, es la recompensa del muchísimo trabajo que hay detrás. Se vive como algo único e inigualable que se disfruta mucho.

P: ¿A quién le dedicáis este título?

Irene y Laura: Principalmente a nuestros padres y a la familia que siempre están ahí, nos apoyan en todo momento y es algo que nos da mucha fuerza.

P: ¿Qué valoración hacéis de los dos partidos disputados en Hungría?

Irene y Laura: Sabíamos que la semifinal contra Portugal era el partido clave para conseguir el objetivo y así salimos a la pista, convencidas de que nada nos podía parar. Fue un partido muy complicado porque al final cualquier error te podía hacer no conseguir el objetivo. La final se vivió con nervios, ya que estábamos solo a un pasito de ser Campeonas. Sabíamos que Ucrania iba a vivir de nuestros errores y teníamos que intentar fallar lo menos posible además de tener la paciencia necesaria para crear nuestro juego.

P: ¿Cuál creéis que ha sido la clave de esta selección para revalidar el título?

Irene y Laura: El grupo. Estar unidas y confiar en todas y cada una de nuestras compañeras. Creer que éramos capaces de seguir haciendo historia, y saber que simplemente teníamos que llevar a cabo el trabajo que habíamos hecho durante todos estos meses atrás.

P: ¿Cuál ha sido el momento más duro de este Europeo?

Irene: La lesión del tobillo, no saber si iba a llegar en las mejores condiciones para jugar la semifinal y luego la final. Por suerte, y quitando eso, ningún momento más de mal trago. Lo demás simplemente hemos disfrutado al máximo de esta bonita experiencia.

P: Una vez conseguido de nuevo el título de Campeonas de Europa, ¿Cuál es el próximo objetivo? ¿El Mundial?

Irene y Laura: El objetivo es seguir trabajando y creciendo como jugadoras, pero por supuesto, porque no, soñar con el Mundial.